Rapanui

RapanuiRapanui o Isla de Pascua es una isla que pertenece a Chile y está ubicada en el Pacífico Sur a más de 3.500 km de la costa chilena. Esta pequeña isla tiene una forma casi triangular y sus dimensiones son aproximadamente 26.5 km de largo por 12.5 km de ancho con una superficie de 163.6 km² siendo totalmente volcánica. Su población es de 3.790 hab., concentrados principalmente en el único pueblo Hanga Roa. En su idioma autóctono, la isla antes era conocida como “te pito o te henua”, que significa: el ombligo del mundo.

 
El pueblo rapanui desciende de los primeros pobladores provenientes de la Polinesia. Su sociedad era gobernada por el ariki, cuya ascendencia se creía de origen divino. Estaba dividida en tribus con unas clases muy estratificadas. Cada pueblo ocupaba una zona, siempre con franja costera. En el litoral establecían centros religiosos, políticos y ceremoniales como Anakena, Akahanga y adoraban a los ancestros casi deificados representados por los cerca de novecientos moáis que se pueden encontrar en toda la isla.
Se estima que la población de Rapanui sufrió una fuerte crisis social, que se ha atribuido a un exceso de población y a una devastación del ecosistema en los siglos XVI y XVIII. La tala de los bosques y la sobreexplotación agrícola disminuyó la producción de cultivos y les impidió construir balsas para la pesca en alta mar y conseguir leña para el fuego; a esto se sumó el agotamiento de recursos marítimos costeros y de los huevos de las aves marinas que anidaban en la isla, desembocando en un estado de guerra entre las diferentes tribus.

Según la tradición, estalló una guerra civil con el levantamiento de los Hanau Momoko (orejas cortas), el pueblo común, contra la clase dominante los Hanau Eepe (orejas largas, llevaban grandes y pesados piercings), con la consiguiente destrucción de los altares ceremoniales y el abandono de las canteras en que se tallaban los moáis. Los nativos empezaron entonces a vivir en cuevas para defenderse de los ataques y algunos estudios parecen indicar que se llegó incluso al canibalismo para sobrevivir.

En 1804 la isla sufriría los primeros raptos de isleños. La tripulación del barco norteamericano Nancy secuestró a doce hombres y diez mujeres matando a todos aquellos que trataron de impedirlo. Al cabo de varios días de viaje la tripulación desató a los prisioneros, los cuales, desesperados se lanzaron al mar. Del 1862 hasta el 1863 unos veinte barcos esclavistas, de diversas nacionalidades, llegaron a la isla y se llevaron cerca de 1400 habitantes para trabajar como esclavos en las haciendas del Perú y en las explotaciones de guano en la costa de Tarapacá y las islas de Chincha.

Entre los esclavizados se encontraba el último rey de la isla y el consiguiente exterminio de la clase sacerdotal significó una enorme pérdida; entre otras cosas, la única escritura de la Polinesia rongo-rongo quedó inexplicada, de tal manera que, en nuestros días, sigue siendo imposible descifrarla.
Muy pocos isleños lograron sobrevivir a la esclavitud y posteriormente fueron devueltos a la isla. Trajeron consigo la viruela y otras enfermedades que diezmaron aún más su población.

Rapanui

En 1864 las misiones evangelizadores reestructuraron su sociedad basándose en modelos cristianos, lo que tuvo nefastas consecuencias para el pueblo pascuense. Destacar entre ellas, la desaparición de su lenguaje ceremonial y de los elementos principales de la cultura rapanui. En 1877 sólo quedaban en la isla 110 habitantes nativos. En 1888 Chile establecería su soberanía sobre la isla obligando a sus habitantes a trabajar en explotaciones ganaderas y agrícolas, esto provocó la desaparición de sus métodos de pesca artesanal, clave de su subsistencia en el pasado.
Los nativos siguieron encerrados en la isla desprovistos de sus tierras y sin derechos de ciudadanía hasta 1966.

Rapanui

Sobre el tatuaje en Rapanui, a partir del siglo XVIII, se encuentran ya los primeros escritos de navegantes, misioneros y científicos que coinciden en que la población iba profusamente tatuada, tanto hombres como mujeres. Los grandes tatuajes fueron abandonados probablemente poco antes de la llegada de los primeros misioneros en 1864. Hay información de que un tal Kahumea de la tribu Miru era maori takona, es decir, experto en este arte y acabo siendo transportado como esclavo por los peruanos, junto al rey Maurata.
Os puedo asegurar que Rapanui es uno de los lugares más espectaculares y mágicos del planeta, te mueve todos los sentimientos de una manera salvaje, intuyes que estás en una isla perdida en medio del inmenso océano Pacífico.

Durante casi dos meses viví en casa de Julio Hotu. Nos habíamos conocido en Barcelona en un concierto en la basílica de Santa María del Pi, era un evento de música tradicional de Rapanui, donde Julio participaba. Rápidamente me llamó la atención su tatuaje en el cuello. Era una reproducción exacta de las pocas ilustraciones que se conservan de los tatuajes antiguos de aquellas tierras; fue fácil hablar con él, y rápidamente surgió una gran simpatía. Al día siguiente apareció en mi estudio: le tatué un lotus en el antebrazo, y a cambio, me entregó un pequeño amuleto de piedra que él mismo había tallado. Aprovechó la ocasión para invitarme a su casa. Al cabo de dos años llegué a Rapanui. ¡Todo un sueño!

Rapanui

El primer día, muy temprano, me acerqué al mar, empezaba a salir el sol y allí estaba de pie, encima de una roca, el mar le recortaba su figura, cabello largo y negro, piernas ligeramente separadas y tensas, casi desnudo y de piel morena, brillante, cubierta de bellos tatuajes que mis ojos recorrían infatigables, dibujos geométricos con grandes zonas negras. Era un Dios.
Cada vez más, los habitantes han ido recuperando la tradición del tatuaje, sobretodo los jóvenes. Es importante tener en cuenta que la isla quedó casi deshabitada y que fueron los religiosos las primeras personas que los “ayudaron”. Cuesta poco imaginar el desprecio por el tatuaje surgido de la imposición de la nueva religión católica.

Los tatuajes que más me interesaron fueron los relacionados con su propia iconografía. Muy simples de líneas claras y armónicas, tatuajes con la cara de make-make, un manu, un rona, algunos símbolos rongo-rongo de su escritura aun por descifrar, formas interesantes y extrañas para mi. Realizados con maquina eléctrica y tinta negra, en ocasiones con algunos matices en gris o rojo. Mi estudio de tatuaje en Rapanui acabó siendo la cocina de casa Julio. Es sin duda el sitio mas insólito en el que he trabajado. En medio de platos, comida, algunos insectos y siempre mucha alegría, tatué a toda su familia y por supuesto a Julio le amplié su impresionante tatuaje del cuello. Fue todo un placer.
También pude dar una conferencia sobre Orígenes del Tatuaje en su pequeña biblioteca de Hanga Roa.

Aprendí y crecí mucho, caminando por la isla hasta el agotamiento, nadé al lado de peces de mil colores, leí a la sombra de un moái y aún a veces oigo el ruido ensordecedor del mar golpeando las rocas incansablemente.
Todo lo que viví lo tengo grabado en el alma y en mi piel. Mokomae me tatuó un precioso tatuaje tradicional, llegando así a Barcelona transformada de cuerpo y alma, feliz.

Rapanui