Camerún

CamerunLa República del Camerún se encuentra en plena África central. Se trata de un país con una gran riqueza paisajística y natural. Gobernada desde su capital, Yaundé, este país africano cuenta con una población de 20 millones de personas y tiene el inglés y el francés, como idiomas cooficiales. Antigua colonia, primero alemana y posteriormente inglesa y francesa, funciona como país independiente desde hace 53 años.

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Habitan el país más de doscientos grupos étnicos y lingüísticos diferentes, lo que da forma a un país multicultural y rico en todos los sentidos. Su economía se sostiene principalmente gracias a su agricultura (café, cacao, algodón, caucho, ganado, y madera), y a sus exportaciones comerciales, tales como el petróleo, la madera, el cacao y el aluminio.

En esta aventura por Camerún conté con la compañía del antropólogo Joan Riera, excepcional conocedor del mundo de las modificaciones africanas, que a su vez me hizo de guía y con el pude contactar de una manera muy especial con estos pueblos.

Llegue a Yaundé a media noche, todo en África es tan misterioso, tan turbador, la ciudad me daba miedo; cuando empezaba a clarear todo estaba vivo cientos de personas de movían en la gran estación, tomamos un tren dirección norte a Ngaonderé.

Nuestro destino era el lamidato de Poli, una región “independiente”. Pero mi interés y mi fascinación era poder apreciar los magníficos tatuajes-escarificación de la etnia Mbororo y tambien los de la interesante etnia Koma.

Nos desplazamos con diversos transportes hasta el pequeñísimo poblado de Luga, habitado por los Koma, rozando la frontera nigeriana. Es uno de los últimos pueblos animistas que conservan sus costumbres ancestrales y viven en total equilibrio con el medio, con un vestuario que está basado únicamente en las hojas de un árbol. Este pueblo fue bautizado durante un tiempo como el “pueblo perdido”, debido a su larga diáspora en busca de nuevas tierras donde asentarse. Finalmente, se asentaron en los escarpados montes de Alantika, un entorno precioso; aferrados a su forma de vida tradicional.

El regreso a Poli fue largo y complicado. Visitamos asentamientos Mbroros, durmiendo y comiendo con ellos. Quiero y tengo que hablar de las mujeres. Sus vestidos son de telas de intensos colores con adornos brillantes, guapísimas, elegantes, seguras, trabajadoras, sus ojos son impresionantes casi tanto como sus tatuajes, sus rostros y pechos están completamente acariciados por bonitas cicatrices geométricas.

Joana Catot en el Camerún

Son grandes conservadoras de sus tradiciones, siendo estos pueblos, al ser nómadas los que guardan mejor el tatuaje tradicional, ya que circulan constantemente por el territorio y no están bajo el foco continuo de la represión de las autoridades.

Joana Catot en el Camerún

Poli, fascinante lugar, tuvimos la suerte de poder asistir a una fiesta-cortejo; llegaban mujeres y hombres Mbororo de pueblos lejanos, muy tímidos, engalanados de arriba a abajo, se vestían con coloridos vestidos que eran adornados con un gran número de botones de nácar, embellecían sus cuellos, lóbulos, narices y muñecas de bonitas joyas, simples pero preciosas. Mujeres en busca de marido muy jóvenes, menudas, delgaditas, tapaban sus cabezas con suntuosos pañuelos llenos de dibujos de colores, su piel oscura mostraba sus magníficas escarificaciones y su labio inferior tatuado en negro sólido era extraño y perturbador.

Joana Catot en el Camerún

Los jóvenes que las galanteaban bailaban frenéticos acercándose a ellas fijando sus miradas. No eran hombres viriles, todo lo contrario! Lo hacían totalmente travestidos, eran jóvenes con apariencia de mujer que buscaban la reprobación y el acercamiento a estas. Llevaban atados a las piernas muchos y grandes sonajeros de hierro, muy pesados, que durante horas los hacían sonar para el cortejo, cansados y sudados hasta el agotamiento. También ellos llevaban escarificaciones menores pero no menos hermosas.

Joana Catot en el Camerún

Continuamos nuestro viaje hacia Pitou y desde allí visitamos a los pueblos de montaña de la etnia Fali y, dentro de estos, a los Ram, donde queda la última generación antropófaga. . . fascinante!

Encontrabamos a numerosas mujeres mayores con el agujero debajo del labio, que era la constancia de haber utilizado grandes piercings, pero desgraciadamente la tradición se ha perdido. Estos piercings eran redondos y podían ser de hasta 5 centímetros de diámetro, eran de marfil o piedra blanca de río; tuve la suerte de poder ver algunos relativamente pequeños aun usados por mujeres ancianas, de entre las cuales, una entrañable y muy mayor sacó de un cofre un tesoro, su tesoro! eran sus joyas que ya no usaba y me mostró sus antiguos piercings, enormes, blancos, bien pulidos.

La historia se va perdiendo, y pienso que África y nosotros, el mundo, nos vamos empobreciendo, nos vamos desprendiendo de nuestra particular identidad.

A lo largo del viaje, pude ir viendo algunas mujeres Fali luciendo pequeñas dilataciones nasales y también unas extrañas perforaciones en la parte superior de la nariz que llevan en un lado o en los dos.

Muy lejos, en la India, en el estado de Aruchal Prades las mujeres Apatani, llevan aun parecidas dilataciones nasales, pero de dimensiones muy superiores; que conexión puede haber entre estos pueblos?. . . sin explicación, sin razones. . . a menudo te encuentras con tribus muy alejadas las unas de las otras por mares o continentes que están realizando los mismos ritos y tradiciones, sin ningún contacto entre ellas. Pienso, percibo y me emociona la conexión tan cercana entre hombres, un hilo común nos une a todos, cuando sonríes y te sonríen la complicidad por este saber se pone en evidencia y te hace sentir intensamente feliz, perteneces al mismo mundo, al mismo mundo espiritual, y allá nos encontraremos todos en uno.

Y. . . finalmente llegamos a territorio Baka, era mi gran ilusión, poder conocer y compartir un poco de mi vida con la suya, son un pueblo extraordinario.

Los pigmeos Baka pertenecen a las tribus pigmeas que viven en la Reserva Dja, en las selvas sudorientales del Camerún. Aunque es una tribu nómada, cada vez más se está convirtiendo en sedentaria debido a la deforestación de las selvas cameruneses, que van reducen su territorio. Viven en chozas hechas con hojas y ramas a las que llaman mongulu. El viaje es difícil, pesado y largo. Llegamos en bus hasta el pueblo de Somalomo y de allí caminando hasta un pequeño asentamiento.

Viven en mitad de la profunda selva y en total armonía con esta. Su vestimenta es muy especial, una falda hecha de tiras de palmera, iguales para todos: niños, adolescentes, personas ancianas y evidentemente para mujeres y hombres. Sin zapatos, sin collares, sin ningún adorno… Una cosa si observé, el cabeza de grupo llevaba un extraño sombrero de piel de animal.

Joana Catot en el Camerún

Son un pueblo principalmente de cazadores y también de recolectores, no cultivan! No son agricultores sino que comen de lo que la selva les abastece. Tienen además, relaciones de intercambio comercial con los bantúes.

El pueblo Baka respira está profunda conexión con el medio que les rodea; con la misma madre selva. Es en esta frondosidad donde han crecido y de la que se han alimentado durante generaciones, una selva que veneran y protegen.

Pero la salvaje deforestación actual de la selva está provocando graves problemas para que encuentren alimentos. El estado camerunés, además, esta llevando a cabo un proyecto de destrucción de este pueblo llevando a las tribus a zonas “civilizadas” en espacios cedidos especialmente para ellos y así tenerlos controlados, evitando que estén dentro de la selva y que les causen problemas para llevar a cabo su proyecto de deforestación.

Pigmeo es un término que ha adquirido con el tiempo claras connotaciones negativas. Durante mi viaje, pude entender esto al ver como eran tratados con desprecio cuando salían de la selva y se acercaban a los poblados vecinos por alguna necesidad.

De camino a Somalomo encontré varios pueblos bakas ya “civilizados” los cuales visite y pude hablar con ellos. . . Intento describir que percibí. . . Una gran tristeza. . . Un gran desarraigo, un no saber quien soy. . . Advertí por todos los poros de mi piel que un pueblo se estaba diluyendo y la certeza de que nunca mas se podría recuperar.

Sus miradas muertas, su sonrisas apagadas, sus actitud aburrida, ausentes, sumidos en el fango que aquellos días de lluvia todo lo engullía, sus ropas sucias y desdeñadas regaladas por los generosos hombres blancos y sus casas-barracas, impersonales y frías. Pero habían de estar agradecidos y felices ya que tenían una vez por semana (o puede que una vez al mes) un medico que los atendía y nos dijeron que también tenían un maestro que no vimos. Aquí empieza una gran polémica.

Pero los Baka que yo recuerdo, aunque a todos amo, son los Baka libres con su forma ancestral de vivir.

De lejos oímos los tambores, sabían que estábamos acercándonos. Nos recibieron cantando y los niños literalmente se pegaron a nosotros, niños llenos de risas, de alegría, te acariciaban, te cogían de la mano o de la cintura y jugaban con nuestros largos cabellos. Ya no se separaron de nosotros hasta el final de la expedición, y no era por falta de cariño porque nos dimos cuenta de que se comportaban igual con los demás miembros de su pueblo, siempre encima de los mayores jugando y riendo. Les ofrecimos algunos regalos como agradecimiento por recibirnos en sus casas. Les trajimos miel, les gustaba tanto! Rápidamente aparecieron cada uno con una hoja grande en forma de contenedor, el pueblo se convirtió en una fiesta, la fiesta de la miel… Como lamían y reían! Tambíen les gustaban nuestros cigarrillos, sacabas uno y en un momento tenias a los hombres a tu lado, fumaban con nosotros, en complicidad, con un placer!

Joana Catot en el Camerún

Era fabuloso estar allí, con esa energía pura que te contagiaba…

Por la tarde regresaban de cazar y de recolectar plantas y frutos, y el poblado se animaba, empezaban a preparar los alimentos, entre ellos hablaban muy animadamente, contándose historias interesantes, cosa que yo deducía por el interés en que escuchaban y intervenían. . . me preguntaba ¿Qué se contaran con tanta pasión un día tras otro? No lo se, pero era muy bello verlos y escucharles.

Fue especialmente interesante poder asistir, gracias a mi amigo Joan Riera, a una ceremonia de modificación dental y a un ritual de pequeñas escarificaciones.

Joana Catot en el Camerún

Una de las costumbres más atrayente para mi de los Baka es la que consiste en limar en punta lo dientes delanteros. Es una práctica común tanto en hombres como en mujeres y se suele ejercer en la adolescencia. Tienen una destreza increíble, ya que de un solo golpe seco y contundente son capaces de sesgar una pieza dental para dejarla puntiaguda y fina. Según pudimos contrastar con la gente del poblado, las razones de esta práctica están relacionadas con la estética, la higiene… Nada tienen que ver algunas razones oídas como que las que hablan de una manera de mejorar la mordida al comer carnes de caza duras y correosas.

Joana Catot en el Camerún

Tras el limado el adolescente Baka luce una amplia sonrisa, prueba de su valor y de pertenencia al grupo, tan importante en esta sociedad tribal.

Joana Catot en el Camerún

Las escarificaciones son básicamente incisiones que se realizan sobre la piel, y que algunas veces son untadas con hollín que absorberá poco a poco la piel dejando unas cicatrices de un color negroso. La escarificación es una técnica próxima al tatuaje, que es utilizada por las poblaciones de raza negra para que se realcen los dibujos. Es una forma muy usada por etnias cameruneses como la Mbororo.

Tres fueron los adolescentes escogidos para el rito, estaban contentos y orgullosos. En medio del poblado extendieron en el suelo un montón de grandísimas hojas, como si de una gran alfombra verde se tratara. Empezaron a sonar los cánticos y los bailes, se percibía el nerviosismo y empezó la ceremonia; fue corta e intensa, se notaba miedo en sus caras y alegría al terminar.

¿Porque tatuarse, por qué hacerse dolorosas escarificaciones, porque agujerearse la nariz o los labios. . .? el ser humano en todos los rincones del mundo modifica su cuerpo, porque? Seria largo el debate, y me viene a la mente un texto, unas palabras del famoso antropólogo Levi Strauss en su libro Tristes Trópicos y decía: “hacia falta ir pintado para ser hombre; aquel que permanecía en estado natural no se distinguía de la bestia.”

Me conmovió su amor y respeto por todo lo que les rodea.
Sus juegos con los niños.
Recuerdo para siempre sus risas.

Joana Catot en el Camerún